El equipo de Almeyda tenía que ganarle a Rosario Central, rival directo, para demostrarse y demostrarle a su gente que están para pelear arriba. Y aunque no pudieron obtener el triunfo, la manera en como se desarrollo el encuentro da mucho para rescatar y mucho por corregir para el futuro.
En el primer tiempo River tuvo la iniciativa en la primera media hora de juego. Con Cirigliano encargandose de la mitad y con Alejandro Domínguez armando juego, el Millonario mantenía lejos de su arco al rival. No obstante, Rosario Central empezó a volcar sus recursos para llegar a Chichizola y tuvo chances claras de gol.
El complemento fue una continuación del final del primer tiempo. Tal es así que Castillejos, en el principio del segundo tiempo, después de un pase fenomenal de Rivero, abrió el marcador con una definición extraordinaria.
Desde ese momento, River se empezó a poner más nervioso y no tenía muchas variantes en ofensiva, hasta que Almeyda metió en cancha a Ríos y puso a Ocampos de volante por derecha. Al poco tiempo, después de la media hora del segundo tiempo, Domínguez metió un pase fenomenal entre líneas para que el Torito Cavenaghi, que no había tenido un buen partido hasta el momento, defina por entre las piernas del arquero.
Este empate puso más lindo el partido. Se hizo más de ida y vuelta en la que cualquier de los dos equipos podía ganar o perder. Cuando Baldassi añadió cinco minutos, en el último de los adicionados, Ríos tuvo una chance que pegó en el palo y dejó a los hinchas rosarinos con un nudo en la garganta.
El resultado no le favorece del todo a River, que pudo ganarlo. Pero teniendo en cuenta la jerarquía del rival y que estuvo abajo en el marcador, el empate no le cae tan mal al equipo de Almeyda
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